Sus calles estrechas, pasadizos y un ambiente que nos transporta a los momentos en que fue plaza fuerte y jugaba un papel importante en las luchas medievales.
Sus murallas guardan torreones y matacanes catalogados como patrimonio histórico. Sus torres cúbicas defenden un casco urbano ovalado con callejuelas restauradas.
Esta aldea situada en lo alto de una colina. Fue construida en la Edad Media y, para su defensa, se la rodeó con una muralla. Sancho VII de Navarra le dio el título de villa en 1196, y ordenó a sus autoridades defender los límites occidentales del Reino de Navarra que llegaba hasta aquí. Con el tiempo su muralla se ha ido integrando en las viviendas, pasando a formar parte de sus muros.
Destaca:
La muralla ha ganado el Premio Mundial de Ciudades Amuralladas otorgado por el prestigioso Consejo Ejecutivo del Círculo Internacional de Ciudades Amuralladas.
La capilla de San Miguel, del siglo XVI, que domina el casco urbano y ha sido remodelada posteriormente.
La Fuente del Moro.
En los alrededores cuenta con el bosque de pino carrasco más occidental de Europa, el Pinar de Dueñas.